Señales de que tu filtro de partículas necesita limpieza

El filtro de partículas (DPF) captura hollín y ceniza para reducir emisiones en motores diésel. Con el tiempo, el DPF se obstruye y pierde eficiencia. Aquí tienes las señales más comunes que indican que tu filtro necesita limpieza o regeneración:

1. Luz de “Check Engine” o testigo DPF encendido

El cuadro de mandos mostrará un testigo amarillo o naranja de motor o, en algunos vehículos, un icono específico de DPF. Esto advierte de un nivel de obstrucción crítico que el sistema de a bordo no puede regenerar automáticamente.

2. Pérdida de potencia y aceleración lenta

Un filtro muy obstruido provoca elevada contrapresión en el escape. El motor debe trabajar más para extraer gases y pierde fuerza. Notarás que el coche no responde al acelerar y que el consumo aumenta.

3. Humo oscuro o fuliginoso

Durante la regeneración, el DPF quema el hollín acumulado. Si la regeneración falla, aparecerá humo negro denso por el escape, especialmente al acelerar a fondo.

4. Mayor consumo de combustible

Si el DPF no puede regenerarse correctamente, el motor compensa enriqueciendo la mezcla para intentar limpiar el filtro, lo que eleva el gasto de diésel. Un aumento notable del consumo indica problemas en el sistema de escape o en la unidad de control del motor.

5. Ruidos extraños en el sistema de escape

Un DPF muy obstruido puede emitir sonidos metálicos o zumbidos, ya que las altas temperaturas internas deforman las celdas cerámicas.

¿Cómo proceder?

Regeneración forzada: Un taller especializado puede forzar la regeneración del DPF con equipos adecuados.
Limpieza ultrasónica: Consiste en desmontar el filtro y someterlo a limpieza con agua a presión y ultrasonidos.
Sustitución: Si el filtro está muy dañado o las celdas se han roto, la única opción es reemplazarlo.